El profesor da las consignas para un parcial. Es de a dos. No tengo con quien hacerlo porque no soy muy sociable ni tengo tiempo para serlo. Le digo a una piba que está sentada frente mí. Me pone una excusa medio gansa. Algo así como que lo quiere hacer de a tres con sus amiguitas que no están presentes. Ok. No sé qué arregla con el profesor. Tampoco me importa. Reparte los temas. Me tocó el fácil. A ella, el imposible. La cara de que se quiere coser la argolla con alambre me alegra el día.

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En el grupo de Wasap de la clase comienzan los debates. Los que no asistieron, casi una veintena, comienzan a preguntar quién tiene tal o cual tema para sumarse. La excusa para faltar es un desperfecto en el ferrocarril Roca pero todos sabemos que no vinieron porque esperaban que estuviese el Profesor suplente que es tan pero tan groso que no se le entiende un carajo cuando sintetiza sus ideas. Es doctor en cosas por la universidad de no sé dónde, en el primer mundo. Ya venían planeando la rateada, a modo de protesta, desde hace varios días. Como hoy vino el titular se quieren matar. Les digo que no elijan, que se sumen a cualquiera porque si no los únicos que perdemos somos los que sí fuimos a clase. Uno aplaude pero no dice más. Acto seguido recibo veinte puteadas.

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Entre los que putean está un nenito que se las da de peronista. Debe haber nacido algunos años después de que Menem haya dejado el gobierno. Cada vez que responde a una pregunta que nadie hizo realiza diatribas contra la injusticia y contra los avivados del sistema. Usa esos términos. El Dr. En cosas ya le sugirió que utilice terminología académica para ir acostumbrándose a su uso pero nada, el pibe sigue en la misma. A veces usa insistentemente la e inclusiva pero se le nota forzada. Eso no me molesta para nada. Me hace ruido pero lo banco. Lo que me molesta más es el uso intensivo que hace de las palabras cosa, nada y vistes. Y sobre todo pero sobre todo, todo, me molestó que cuando hablamos del gobierno de Juárez Celman se preguntara a viva voz, sin ponerse colorado y como queriendo hacernos partícipes de su infame ignorancia “¿Y ese quién fue? ¿De dónde salió?” Dale, campeón, nadie te pide que recites de memoria la lista de presidentes argentinos. Con una leidita a wikipedia basta.

Sí, sí, me estoy poniendo viejo.