Parada. Dos tipos, como de mi edad. Uno está taciturno, extraviado, con la mirada medio perdida, medio clavada en las palmeras podridas del refugio. Le habla al otro sin mirarlo. Contándole o contándose. Le dice -Me dejó. Es cierto que yo no me puse las pilas, pero no la cagué. Estábamos bien. Nunca me pidió nada. Yo nunca le pedí nada. Conoció a un pibe. Anduvo un tiempo con él al mismo tiempo que conmigo. Parece que el pibe apretó el acelerador y ella tuvo que elegir. Me lo dijo de frente. Una divina. ¿Qué le iba a decir, que se quedara conmigo?