Día mil desde que el sol se puso un parripollo en la Argentina. Vamos a entendernos, para los Incas, la deidad suprema regidora del universo era Inti, una figura asociada al sol, como en toda religión henoteista que se precie. Haploides de vuelo bajo como Pichetto o consumidoras seriales de cevada fermentada como Bullrich aprovecharían la volada para pedir su expulsión del país por inmigrante ilegal, promotor de sequías, cortes masivos de luz y anarkotroskokirchnerismo mapuchense; Dirían, a su vez, que no hay que culpar al desmonte y al monocultivo propios del adn patrio sino a Inti que es peruano o boliviano y que viene a robarle el trabajo al dios cristiano que promete saciar el hambre y la sed de justicia de los bienaventurados y luego les hace pito catalán y te queda debiendo, de puro choto pederasta.