Como si fueramos todos clasemedieros con auto nuevo que quieren llegar a Mar del Plata en 2 horas pisteando por la banquina vivimos en un mundo que cuando pisa el acelerador no le importa si llega a destino o se la pone contra un puente. No es para menos si nos bombardean a diario con esa positividad tóxica, venenosa, irrealizable y siome en donde hay que darle para adelante pase lo que pase, caiga quien caiga, no sea cosa que un influencer libertario en la cresta de la ola te trate de loser, planero y de voluntad pijotera.