Llueve. Primero finito y después a cántaros. Voy sentado. Intento dormir. En Kathan city se llena. Delante mío tengo a dos flacas paradas. Hablan fuerte. Una tiene un vozarrón aguardentoso, áspero. Se le nota a la lengua que es mujer de pocas pulgas. La otra es más recatada en el tono. Al principio no abro los ojos. No me importa lo que dicen. Hablan de cualquier cosa hasta que la de voz recatada le dice
-¿Y, boluda? ¿Me vas a contar o no?
-Y sí, boluda. Me re calenté. Hacemos un trío y no me dan un puto gusto. Los mandé a la mierda- dice sin bajar el tono.
Ya no puedo dormir. Paro la oreja. Todos los que estamos a su alrededor hacemos lo mismo.