Hay algo en la comida de estaciones y puntos de transbordo que es muy seductor. Pienso sobre todo en las porciones de muzza de la estación de Liniers que degustaba en noches de fugas imposibles. Pienso en los escones de salubridad engañosa que vende una franquicia sin nombre en la estación de Retiro y Constitución. El eidos de la exquisitez vuelto harina. 

La calle Francisco de Viedma, paralela a la estación de Liniers, alberga unos puestos en los que las empanadas fritas que rivalizan en calidad y aceite con la pizzería Pimpum de Almagro. La comida peruana de los alrededores de la estación de Once, con ese arroz amarillento y esos postres durante horas al sol, se transforman en el culto urbano a la hermandad latinoamericana. Los choripanes de la estación de Morón hills, las croquetas de acelga de La isla de Capri en Laferrere Town, la pizza en La Italiana de kathan City, el submarino en estación Buenos Aires; todas obras del dios laico de la cocina fusión.

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Habrá quien se vea tentado a mencionar a la viejita evade impuestos de la facultad de filosofía y letras que, con sus alfajores de maicena y su café radiactivo, cura el aburrimiento de esa estación entre el saber de altas esferas y la crónica estupidez. Pero eso es de otro orden.

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El culto a la asepsia culinaria y a las cadenas de comida chatarra nos alejan de la belleza que anida en la sorpresa del plato inesperado, del manjar desconocido. La proliferación de aumentos constantes y de hippies ovolactovegetarianos merma la inventiva callejera de quienes añoran un churrasco jugoso con puré y vino de la casa.

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Cada vez es más difícil encontrar un vendedor honesto de cubanitos de dulce de leche, un vendedor de garrapiñadas que no quiera pagar la universidad privada de sus hijos con nuestro deseo de dulzura. Otros eran los tiempos de mielsitas y naranjú en el 620 (Gral. Paz – Las Torres / Las Torres – Gral. Paz). Ahora es tiempo de leche de almendras y te jenjibre para vivir más y mejor en consonancia con los astros. Por mi que se los metan en el culo, al fin y al cabo, todo cuanto sale de él se parece.

#damealgoricodecomerquetengounalijaespantosa
#tratadequenoestepodridohaceunmes
#poneleunpoquitodeazucarysacalelascucarachasqueelmedicosinomecagaapedos