Cuidar a Charly

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Solo un pobre caído del catre cuestionaría la importancia de Charly García como exponente artístico del país. El tipo es una leyenda viviente como en su momento lo fueron Nelly Omar, Aníbal Troilo, Julio De Caro, Atahualpa Yupanqui o Mercedes Sosa, pero seamos honestxs con su obra: La lógica del escorpión no está a la altura. La versión de Juan Represión es un ejemplo. Dejarlo al tipo grabar eso y publicarlo es de mala gente. Incluso teniendo la voz ultra procesada ya no puede cantar. El tema con Spinetta está ahí por morbo marketinero pues el gancho del muerto cantando con el vivo se agotó en 1991 cuando Nathalie Cole cantó Unforgettable con su padre Nat King Cole fallecido 25 años antes. Podemos aceptar, incluso el lanzamiento a fines de los 90 del Anthology de los Beatles o el Made in Heaven de Queen. En aquella época era un prodigio técnico hoy, con las IA´s a punto caramelo cualquier trapero de cuarta canta con Enrico Karuso.

Chano

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Al principio los dioses crearon el cielo y la tierra y, tiempo después, a Chano. Ustedes no se acuerdan porque son chicos y dados al olvido rápido e impiadoso de la modernidad aguachenta, pero hace unos años Chano era todo, estaba en todas partes. Allí donde miraran, allí donde escucharan, estaba él, o un personaje que se parecía a él y se lo creía o alguien que actuaba la versión de Chano que cada quien elegía ver. Pero hay allí un problema. Chano no siempre fue el Chano que conocemos y los medios olvidaron porque tiene poco que decir. Chano fue otro Chano antes de ser ese que todo el periodismo esperaba ver morir de sobredosis mientras se lanzaba de un edificio montado en una Ferrari con un kilo de merca y dos travestis paraguayas menores de edad y en pelotas. No. Chano fue, aunque no lo crean, un poeta maldito. Tal vez no el más elegante pero sí uno de los más dolidos.

Natalie Perez o el milagro de un encuentro sin espectativas

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¿Será porque el tiempo pasa para todos y nos ponemos de talante blandengue? ¿Será porque se nos endurece el cuero y se nos aflojan las ideas? ¿O porque no tan en el fondo somos unos onanistas recalcitrantes? Importan poco las razones cuando un día nos encontramos escuchando el disco debut de Natalie Perez y reconocemos sin la menor vergüenza que no suena mal.