Amor en tiempos libertarios

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Sería una guachada decir que en otros tiempos se vendían orquídeas transilvanas o amapolas de Ceilán. Siempre fueron rosas y claveles, y el estatus del regalo digamos que lo daba más la cantidad que su rareza, pero los tiempos cambian. El merchandising amatorio, también, en especial si no hay un mango.

Recuerdan aquellxs de buena memoria que antaño, para el día de los enamorados, se acababan los turnos en telos y las flores triplicaban su precio porque, como bien sabemos los fuleros, no basta solo con el amor para ponerla gratis y no sentirse solo. Lo prueban miles y miles de rupturistas del amor, de despechadxs que devuelven cartas apasionadas y ositos de peluche pero nunca lavarropas, autos e inmuebles tasados en dólares a precio Dubai.

Aniversario

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Hace unos días cumplieron 20 años de casados. Hicieron una reunión chica, para la familia, los íntimos y un grupete de 4 o 5 más. No sé a qué categoría pertenezco, pero resulta que los conozco a los dos desde mucho antes del casorio y caí en la volteada. Me invitaron y quedaba feo no ir. Fui, les llevé un vino y me acobaché en un rincón donde tienen una repisa con libros y discos a ver si podía robarme algo. También para preservarme. Tuve algo con la hermana de ella hace varios lustros y la cosa no terminó bien. No era el único en la reunión en esa situación, otros dos pibes presentes, la misma historia. Incluso creo que una flaca, que estaba del otro lado de la mesa y a la que solo cruzo en cumpleaños, casamientos y velorios también tuvo algo con ella. El creo es un eufemismo, todos lo damos por hecho, pero el tema nunca se tocó. Fue hace mucho y eran otros tiempos, de eso no se hablaba.

Corona

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En el 96 la monada pivotea entre la desconfianza y el me chupa un huevo. Por ahí porque estamos más curtidos que el ciudadano idealizado de TN. A fuerza de sobrevivir al agua contaminada de Kathan city, al paco, a la policía, al cólera, al dengue y al macrismo nos hemos convertido en extremófilos, esos organismos que viven en lugares imposibles donde otro ser vivo caga la fruta al instante. Así que no sorprende que a pesar de la paranoia colectiva arriba del bondi la gente comparta el mate, se tosa a pulmón libre y se bese sin pudor.