´Ta difícil la cosa. Para que se den una idea, lo dicen hasta los diarios y los noticieros que gustan de alabar el ajuste. Mientras, los programas de cocina exhiben lo que falta en muchas casas: comida contante y sonante. En el mejor de los casos, te militan el hambre hablando de lo ricas que son las milanesas de mortadela, o lo cool que es comer polenta vieja en Palermo, eso sí, regada con salsa de tamarindo y hojas de cardamomo.