La nostalgia es un negocio. Basta con mirar todos los rubros del arte, del deporte y de la vida. El pasado vende. Lo saben los escritores de novelas históricas y los psicoanalistas. Lo saben esas esposas que se visten de colegialas para calentar a sus maridos y esos maridos que tratan de bajar la panza para parecerse a los jóvenes que fueron hace veinte años. Y no está mal. Todos tenemos derecho a comer caliente. Y si es con honradez, mejor.

Será por eso que cada tanto diarios y portales de internet recuerdan a Natalie Imbruglia. O mejor es decir que recuerdan a Natalie Imbruglia como excusa para hablar de Torn, uno de esos one hit wonders con lo que paran la olla sus autores. Porque, a decir verdad, y aunque le haya costado mucho confesarlo, Natalie Imbruglia nunca escribió Torn. Nos dimos cuenta luego, muchos años después por obra y gracias del santo patrono Youtube, cuando alguien, un fan o sus autores, se cansaron de que no se les atribuyera correctamente la autoría y subieron audios y videos de la versión original.

Natalie la grabó en el ´97 para el disco “Left of the Middle”, cuando el mundo era menemista y Fukuyama celebraba el fin de la historia, pero la canción tuvo su derrotero por la memoria durante el ´98 y el `99. Ahí la conocimos, a ella y a Torn, porque aunque Natalie fuera una actriz de segunda en ascenso en su Australia natal, en el resto del mundo la ignorábamos sabiamente. Era linda, tenía unos ojos de ensueño y cantaba una canción de resentimiento amoroso muy al estilo de Alannise Morissette pero con pulso pop y unos estribillos en los que nos damos cuenta que ella, en realidad, está enojada consiga misma por ser una boluda.

Hasta ahí todo muy normal hasta que nos enteramos que la canción fue compuesta en el `93 por 3 integrantes de Ednaswap, una banda de rock alternativo, muy en la onda del grunge universitario de la época. La grabaron en el ´95 para su primer disco y no lo compró nadie. Hoy se vende por Ebay 10 veces más caro que en aquellos tiempos y es una rareza de coleccionistas para sorpresa de propios y extraños que aún no entienden por qué pegó la versión de Natalie si la suya era mil veces mejor. La banda se separó en el ´99 hartos de no pegarla y muertos de envidia porque Natalie viajaba en primera y ellos andaban en un fiat 128 super europa todo podrido. Uno que quizás la pegó fue un tal Phillip Thornalley, el productor original, que resulta que terminó laburando en varias versiones de Torn para muchos artistas. Algo así como su propio kiosko monotemático. ¿Querés grabar Torn? Lo llamás a Phillip que te cuenta anécdotas de la canción y te tira ideas para que la hagas tuya todo por el pancho y la coca que no se le niega a nadie en estos tiempos de malaria.

Pero la verdad de la milanga es que Natalie Imbruglia no solo no fue la primera en grabarla sino que tampoco fue la segunda ni la tercera. Antes que la versión de los autores una danesa amiga de la banda, Lis Sørensen la grabó el mismo año que la compusieron. Pero lo hizo en danés, así que cero repercusión. Luego de la de Ednaswap, publicada en el ´95, la grabo en inglés una cantante noruega, Trine Rein, en el ´96, lo mismo, no pasó naranja, pero sentó musicalmente las bases de la versión que Natalie grabaría, con lo que nos da para pensar que Natalie y sus productores eran altos chorros vagos que ni siquiera pudieron ser originales en versionar una canción y encima se pasaron años haciéndose los misteriosos con la autoría de la canción. Tampoco es que el misterio fuera mucho, siempre estuvo debidamente acreditada pero los que compraron el cd nunca se tomaron el trabajo de leer el booklet para ver quiénes eran los autores, o no les importaba, o no tenían manera de chequear sus historias, o simplemente era más fácil fantasear inspiración donde solo había un cover pegadizo.

El resto es historia conocida. Charts, conciertos, dinero a roletes, Natalie filmando películas espantosas, Natalie grabando discos irrelevantes, Natalie dándole su bendición a las quichicientas mil versiones de Torn, Natalie en radios de clásicos y Natalie quedando en la memoria de los hoy cuarentones como una artista que colaboró en la banda de sonido original de una parte de su juventud.

En realidad Natalie sobra. Sobran todos, pero la que no sobra, o acaso no debería sobrarnos, es Ann Preven, la cantante de Ednaswap. Ella firma la letra.  Probablemente sea hoy una maestra jardinera que oculta un pasado con las drogas. O quizás sea una vendedora de seguros a las afueras de Long Beach o una instructora de surf. O en realidad es una compositora que luego de haber escrito Torn trabajó con Maddona, Katy Perry, Miley Cirus o Demi Lobato y varios más. Tiene dos pibes y vive de la industria musical. No es una poeta incomparable, no es Olga Orozco. No es Gabriela Mistral. Pero Torn tiene el pulso de una letrista desgarrada, de una flaca que le puso a una relación más de lo que la relación daba y cuando se dio cuenta ya era tarde. No es muy original, Jimena Barón hace lo mismo con más repercusión. Pero quizás el acierto más interesante esté en lo que se desprende de una de sus lineas:

Should have seen just what was there
and not some holy light
but you crawled beneath my veins…

(Debería haber visto lo que estaba justo allí
y no esa especie de luz sagrada
pero te arrastraste bajo mis venas…)

Luego, poco después, habla de perder la fe, de cielos destrozados y vergüenza. Una imaginería religiosa poco sutil pero efectiva. El amor como una luz sagrada, que cuando deja de alumbrarnos transforma el paraíso de los sueños en el páramo insondable de lo real. El amor como una religión de la que se reniega para no volver jamás a comulgar con la dicha, con su falso mesías, con sus bífidos rituales que un día salvan y al otro condenan. Y la memoria del amor como un bautizo descabellado que nos corre por las venas y del que nos enteramos de su falsedad cuando llegamos a las puertas del cielo y nos dicen que la entrada es falsa, que nos jodamos por comprarla en la reventa.

Supongo que nada de eso le debe preocupar a Natalie Imbruglia mientras comparte sus videollamadas por Instagram y planea otro disco recopilatorio, otro disco de covers y otro rejunte de canciones sin ton ni son que justifique que todavía la llamen cantante en wikipedia. Supongo que como mínimo le cantará a su hijo recién nacido una canción de cuna con la melodía de Torn asegurándole que tiene por delante unos cuantos años de regalías por su interpretación de una canción que no es de ella pero que todos creemos que sí y que suena, omnipresente, en todos lados, todo el tiempo. O quizás no suena tanto, quizás es nuestra memoria emotiva de un tiempo pasado que la hace sonar cuando estamos tristes pero queremos estar bien, o cuando estamos bien y queremos estar mejor. O que simplemente suena porque suena, del mismo modo que respiramos, sin darnos cuenta pero necesariamente.

versión canónica

 versión Ednaswap

 versión en danés

 versión a la que le chorearon todo descaradamente

 versión ska de unos cualquiera que está muy bien

Versión acústica de la época