Consti. Esquina. Dos flacas. Una con un bebé en brazos que solo tiene pañales. Otra con un cochecito de bebé con otro adentro que chupa un escarpín o algo así . Una le pregunta a otra
-¿A dónde vamos?
-A comprar porro- Le contesta.
-El transa es en la otra esquina, tarada.
-Ah, bueno, de paso compramos birra y tutuca.

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Ayer. Caballito. Parada del 180. Tengo una estantería desarmada. Llega. Le pido al chófer si me abre la puerta de atrás para cargarla. Se copa. Subo los bártulos. A las 20 cuadras para. Un tipo le dice si le abre la puerta de atrás. Aparece un nenito y el que preguntó sube un lavarropas de los de antes, esos que eran redondos. Arranca. Antes de llegar a la Av. Eva Perón vuelve a parar. Abre la puerta. Sube un tipo con dos ventiladores de pie.
Menos mal que va casi vacío.
En La Tablada sube una mina grande con dos bolsas de carbón y una parrilla grasienta. El chofer, un tipo joven que va escuchando José Vélez, sorprendido de lo que ve, pregunta al aire si hoy es día de mudanzas. Sonriendo nos miramos entre todos. Uno que va en el fondo y no lleva nada le pregunta si labura toda la semana a la misma hora porque el jueves se va de lo de la jermu y se lleva la cama. El pibe se caga de risa.

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Metrobus del km.29. Sigo con la estantería. Se me sienta al lado uno. Gorrita. Remera de Almirante Brown. Por el semblante se nota que tomó, se drogó, viene mal de fábrica o todo eso junto. Primero se ofrece a darme una mano cuando venga el bondi. Es amable y tiene la verba complicada y rasposa. Le agradezco pero le digo que no me hace falta. Miento, la re necesitaría pero si no hablo con gente sobria menos con un coloqueti. El tipo parece ver en mí un oído interesado porque me cuenta que pasó navidad en Casanova, en lo de una tía, pero que no comió ensalada rusa porque estaba mal del estómago. Que solo tomó sangría y alguna gilada que lo dejó re loco y re manija y que amaneció, solo,a los dos días, en la rotonda de Lavallol y no se acuerda cómo llegó hasta ahí. Tiene una botella de Fernandito con una porquería barrosa que lejos está de parecer el contenido original. Tiene olor a vómito. En un momento me dice buenas noches. Va hacia el pasto y se tira a dormir. Cuando llega el bondi, desde arriba, veo como un pibe se le acerca y le zarpa la gorrita. El tipo ni se entera.

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Hoy. Cerca del mediodía. Paseo Colón y Humberto Primo. Vereda con pasto. Un pibe tirado, como de picnic. Está borracho. Tiene varias botellas de vino a un costado. Le paso cerca. Contacto visual. Está llorando, con ganas, compungido.
-No sabés todo lo que la extraño- me dice. Se come los mocos -¿tenés un pucho?- Le doy dos.
Como si no le importara un choto lo que pidió y lo que le di, me dice:
-La extraño mucho.
Me voy sin dirigirle la palabra.