Y como si el día no hubiese sido lo suficientemente malo dos tipos más atrás, en la fila del bondi, un borracho vomitó todo el vino y las milanesas con fritas que almorzó.
Ahora salta sobre su vómito salpicando un menjunje rosa y gelatinoso para todas partes. El que lo acompaña escucha en su teléfono “despacito”.