Sábado. Madrugada. Noche de los museos. Tuve que laburar. Además es una fecha que me pone de mal humor, cosas de la vida. Y como total ya estoy del ojete los dioses no tienen empacho en dejarme esperando dos horas el 86 mientras me cago de hambre y de frío en Paseo Colón y San Juan. Una vieja dice que llamó a la línea y que le dijeron que había salido uno a la 1:10. Pasó cortado. Dice que sale uno de La Boca a las 2:20. Hace frío. Tengo hambre. Me queda poca batería en el teléfono. La necesito para pedirme un remís, un Uber o un unicornio violeta cuando llegue a Kathan city, si es que llego en algún momento entre hoy y el fin del universo.

Mi compañera de laburo se tomó un Uber cuando salimos. Vive en Vicente López. Ya llegó. Chequeo la app a ver cuánto me saldría a mí. $1500. Con forro y sin besos. Si quiero que me digan “te quiero” son $500 más y tengo que presentar pasaporte de la Unión Europea.

Es una hora en la que solo están por la calle los que tienen compañía. Parejas gay rezagadas de la marcha del orgullo, caminando de la mano, coloridas, alegres, plenas de amor y deseo. Hay otras parejas, hetero, apretando bajo el semáforo. De lejos veo a unos garchando contra las rejas de Ámbito financiero.

Unos pibitos adolescentes debaten en la parada la conveniencia o no de manguearme fuego para un porro. Se animan. Les paso el encendedor. Lo prenden. El que se animó a pedirme se disculpa y me dice que no me convidan porque les queda poquito. Egoístas de mierda. Me hago el adulto responsable y les digo que no hay problema, que está bien. Por lo bajo les deseo que se lo metan en el orto. Se van en el décimo línea 8 que pasa. Yo sigo acá, con la vieja que no para de mandarle audios de wasap a no sé qué pariente que labura en el 86.

Mi compañera me manda emoticones de carita triste cuando se entera que sigo esperando.

La pareja que garchaba contra las rejas, se acomoda la pilcha y se acerca. Si llegan a los 18 es de chiripa. Él está en musculosa y bermudas. Ella, en minishort y top. Me manguean $10. No les doy. No es que no los tenga pero algo esta noche les tiene que salir mal. No puedo ser el único forro al que dios orine desde su cielo de mierda. Le piden a la vieja. Les da. Dice que le dieron ternura.

Son las 2:30. Pasa el colectivo. No nos para.