Viernes. Hace dos semanas. Volvía tarde, tipo una de la madrugada. Estaba en Congreso. Cuarenta minutos de espera. Llega el 86. Medio vaciongo. Me siento de espaldas al chofer, mirando al resto del pasaje. La cosa estaba medio fresca así que me acurruco. Me duermo a los treinta segundos. Me despierto en Laferrere, me palpo, tengo todo. Genial, no me afanaron mientras roncaba. Me limpio la baba, me arreglo el pelito.
Cortina
Posteado elSábado. Llovizna. Vengo de trabajar. Son las 9 de la noche. Hace cincuenta minutos que espero el colectivo. Estoy en una parte de la fila que no me garantiza un asiento arriba del bondi. Cuento la gente pero siempre cae un primo, un amigo, una embarazada con cinco pibes, dos discapacitados, alguna vieja con una enfermedad terminal. Atrás mío hay varias decenas de personas.
Box
Posteado elTengo hambre, sueño, frío y, en la fila del bondi, hay dos borrachos despreciables que no paran de gritar pelotudeces como los parásitos mal nacidos que son.
Idiomas
Posteado elSan Telmo. En un época, tierra de cullireros. Hoy, solar pintoresco para hostels de turistas del primer mundo que buscan esparcimiento cómodo y barato en una zona donde el metro cuadrado vale lo que el riñón de una top model. Lindo, mugroso, ni tan alejado del centro y a pasitos de Puerto Madero donde se puede ir beber con glamour y de la villa Rodrigo Bueno, donde se puede comprar una falopa de cuarta.
Todo en media hora
Posteado elViernes. 5:15 de la tarde. Puerta de canal 13. Viene caminando un tipo en sentido contrario a la estación. Gafas oscuras tipo Ray Ban. Camisa. Corbata. Saco gris. Barba. Cuarentilargos. Tiene en la mano una botella de Paso de los toros de pomelo. Lleva un morral muy cool que le da un aspecto de gerente de algo.
Aspecto
Posteado elEn ocasiones nuestro aspecto marca lo que nos pasa, no digo que lo determine, pero sí que lo condiciona. Bien lo saben los pibes morochos de gorrita, los policías, los discapacitados, los zombies y las flacas que son entrevistadas por pelotudos como Nicolás Repetto, que siente por las feministas el mismo respeto que Simón de Monfort por los albigences.
¿Mutatis mutandis? – Andén 89
Posteado elEsteban Bullrich, primer ministro de educación del gobierno de la coalición Cambiemos, dijo en septiembre de 2016 que la función del sistema educativo argentino era la de crear generadores de empleo o, en su defecto: “Crear argentinos que sean capaces de vivir en la incertidumbre y disfrutarla”. Es innecesario ahondar en el tinte ideológico detrás de lo que dijo. Bullrich está lejos de ser un pensador penetrante, pero el espíritu de su comentario no es distinto a algo que hace notar Deleuze en su postscriptum sobre las sociedades de control: los políticos hablan de reformar (o cambiar) esto o aquello, pero saben que el mundo tal y como lo conocieron nuestros padres y abuelos está acabado. Gestionan la agonía. La incertidumbre, entonces, habrá de ser nuestra moneda de cambio en los tiempos por venir. ¿No lo es ya? ¿Desde hace cuánto? ¿Cincuenta, sesenta, doscientos años? No quedan certezas ni saberes inamovibles, esos resabios de la modernidad. No quedan, fruto de lo pos y la muerte de los ismos, refugios duraderos en los cuales cobijarnos con seguridad de la intemperie del cambio, aquel que no suele tenernos en cuenta.
Argentina potencia
Posteado elTe dicen “¿Por qué vienen a estudiar gratis a la Argentina?” bueno, la respuesta está en la pregunta, es decir, porque es libre, laica y gratuita. Pensalo en estos términos si querés, somos tan pero tan capos que armamos este sistema en 1918 y con eso sentamos las bases de una de las clases medias más amplias de toda América Latina. Eso en ese momento no se veía pero era una transformación invisible posta, no la que le venden a la gilada.
Abuelos
Posteado elUno de mis abuelos era polaco. Polaco, polaco, de esos que suelen nacer en polonia, como suele ocurrir con los polacos. Era de todo menos rubio y esbelto. Descendía, pues, de una estirpe de judíos cagados de hambre. Los que pudieron se subieron a unos barcos y los que no, tuvieron un problemita, digamos que domiciliario, en Auschwitz.
Aborto
Posteado elAhora que afortunadamente se está hablando mucho sobre el aborto quiero sumar un poco de mi experiencia, desde mi lugar de hombre, porque por ahí suma, o escandaliza, o deja algo resonando.
Frente a frente
Posteado el“Frente a frente con el falocentrismo heteropatriarcal cisnormalizador de corte esteticista” pienso mientras una flaca en musculosa se agarra del caño y deja ante mis ojos su axila poblada y frondosa de pelos. En ellos tiene unos manchones blanco-metálico como si se hubiese puesto eficient en spray bajo el brazo o esos desodorantes a bolita chinos que valen cinco pesos, que te dejan un menjunje gelatinozo y tienen olor al delta del Chang Jiang. Lleva un vestido lindo, de colores, tal vez un poco corto para un 96 que va hasta las pelotas. No porque la vayan necesariamente a embarazar sino porque el primero que se enganche con él la va a dejar literalmente en pelotas. Lo único que nos separa es mi mochila. La tengo puesta de frente.
Hincha
Posteado elPegué un asiento sobre un caño, cerca de una de las tomas de aire acondicionado del colectivo. Hay olor a trapo de piso húmedo. Sale del aire. La señora que tengo a mi izquierda todavía no tiene afilado el arte de dormir parada. Cada tanto se le aflojan las rodillas, medio que se desploma, vuelve en sí justo antes de estamparse por completo contra mí y sigue dándole al ojo. Del otro lado tengo a un gordito que debe ser zombi porque nada vivo puede despedir un olor como el que tiene. Parece limpito. Mira en su celular videos de reguetón con lesbianas o algo así.
Muchos
Posteado elSube un viejo más cerca del arpa que de la guitarra. Como los ocho asientos de adelante están ocupados por gente que llena su vacío existencial reproduciéndose, el debate versa sobre quién debe pararse, si la que lleva al bebé de más edad o la que lleva al más pequeño.
Termina parándose un ciego al grito de “esto pasa por culpa de Alfonsín que aprobó el divorcio”.
Calor
Posteado elPor alguna razón están cerrados los accesos al subte c. Me hago pis. Paso por la estación de servicio de Independencia y 9 de julio. Hace tanto calor que no puedo llegar a Constitución. Me voy a la parada de Estados Unidos y Salta. Espero una hora y diez. No sólo me vuelven a dar ganas de ir al baño sino que tengo sed. Me olvidé la botellita de agua con gusto a cloro en la heladera del trabajo. Me duelen los pies y casi no tengo bateria en el teléfono.
Lo que queda de la furia
Posteado elLa city se puso espesa, furiosa como nunca. Incluso en San Telmo, tierra de gente sin techo y extranjeros en plan bonvivant, se huele la estela de los gases lacrimógenos que trae el viento. Cuando voló la primera piedra no quedó ni el loro. Los barcitos hipster cerraron temprano, no sea cosa que la clientela se les mezcle. Por Estados Unidos hacia la 9 de julio están las primeras huestes replegadas. Todos tienen el garguero seco. Algunos celebran el triunfo de una batalla, otros lamentan haberla perdido. No queda muy claro cuál es el saldo final. Los restos están a la vista, pancartas, tetras tirados y montones de cascotes que nadie usó. Las viejas en las puertas de los edificios conversan con los encargados.
De sus ojos
Posteado elPara qué mentirse a uno mismo si al fin y al cabo cuando llega el momento de apoyar la cabeza en la almohada no hay cansancio, ni alcohol ni droga alguna que pueda expurgar sus labios de mis ojos.
Ella
Posteado elLa veo desde el colectivo. Cruza el asfalto con la parcimonia de quien se sabe dueña de la calle. Errática pero veloz. Le adivino el origen. El puesto de choripanes que a toda hora cocina una pumarola y a toda hora da alvergue a quien no tiene donde ir, o no lo recuerda o no lo tiene muy en claro. Viene de ahí y como todos allí escapa del agobio del calor. El puesto tiene por techo una lona azul que alguna vez fue un banner electoral de Mario Ishi, uno de esos barones del conurbano de idelogía líquida y moral tirando a precaria.
Cumbias y merengues crueles, otra vez
Posteado elÁspero está el sol y áspero el ambiente. A las dos de la tarde el 96 es un volcán de gente que esperó una hora al rayo del sol. Maneja un pibe que debe tener, a lo mucho, veinte años. Está aprendiendo. Va con un acompañante que le dice “te pagan por llegar, olvidate del horario en diciembre. Hay piquetes, colas y quilombo. Vos, lizo y si alguien boquea de más, te conseguís uno de estos” dice, mientras saca de la mochila un pedazo de caño de dos pulgadas.
Dante
Posteado elAyer murió Dante. Dante Zavatarelli. Tenía 80 años. Lo conocí en la tecnicatura en periodismo. Dictaba Ética y deontología profesional. Era una leyenda viviente del periodismo deportivo pero los chicos y chicas que pululaban por los pasillos no tenían la más puta idea de quién era. Se le cagaban de risa por el moñito y él lo sabía, pero no le importaba. Era su sello.
Viajecito
Posteado elLlego a la parada y se que va a ser un día arduo. Tres viejas. Una lleva 3 nenes de la mano. Otra se sorbe los mocos y escupe mocos verdosos ahí nomás de los zapatos de los otros. Una ultra obesa en bastón. Una mujer le revisa los piojos a su hijo. El colectivo tarda media hora en llegar. Cuando aparece viene hasta las bolas. Hay que ayudar a la ultra obesa a subir. Somos dos empujando, yo y un viejo con buena voluntad que no está en condiciones de empujar ni la cortina del baño y estorba más de lo que aporta. Apenas la movemos. Subo. Colectivero, mala onda. Me apoyo en un rincón que no es cómodo pero suma. Las veo de reojo. Dos embarazadas.