Viernes por la noche. La fila estalla. El ambiente no está caldeado pero podría estarlo. A veces basta tan solo una chispa. Bien lo saben los bosques y los gobiernos de derecha.
Subo. Soy el último en sentarme. Me queda el primer asiento, lado pasillo. Ninguna embarazada a la vista, nadie con chicos; tampoco viejos rotos. Por dentro ruego a los dioses que en las otras dos paradas que faltan antes de la autopista no suba nadie que me reclame el asiento. El colectivo va tan lleno que se desvía para no pasar por una de las paradas. En la otra se detiene pero no abre la puerta. El chofer se hace el boludo. Mira de reojo a la multitud. Uno de los de abajo arroja una botella de gaseosa abierta contra la puerta. Mientras arranca veo el menjunje de agua azucarada y tierra chorreando por el vidrio. Uno que va junto al chofer saca una lata de cerveza y la abre. El chofer le dice que no puede hacer eso, que lo compromete. -Uh, disculpá, le dice y se baja la lata de medio litro en un fondo blanco admirable. Pide permiso y tira la lata por la ventanilla en mitad de la autopista.
Memorias
Posteado elLas redes, por X motivo, me traen información de una ex muy querida, que partió odiándome. Lo que me llega me hace parafrasear a Churchill: Tiene muchas de las virtudes que odio, y pocos de los vicios que admiro.
Suerte con eso.
Peluches
Posteado elParada del noventibondi. La cola llega hasta la esquina. Estoy bien ubicado. Aparecen en la esquina tres tipos saltando cada uno con un fernandito en la mano. Paran para vomitar y vuelven a saltar. Cuando una ambulancia está por cruzar O’brian se le paran adelante y no la dejan seguir. La ambulancia se desvía. Los pibes encaran para este lado. El olor a paco se les siente desde acá pero es distinto. Lo deben haber mezclado con glifosato o jugo Suin de naranja porque cuando entra en la nariz te deja picando las tripas.
Tierra de nadie
Posteado el¿Cómo explicarlo? En algún momento a los diseñadores de colectivos se les dio por introducir un espacio vacío de asientos en la mitad del bondi, cosa de apilar gente a lo pavote y que la monada se arregle sola. Lo que antes era un cubículo rectangular con asientos de un lado y otro ahora son dos territorios aislados uno de otro con un no man’s land en medio. Una primera sección con los asientos reservados y más allá, los montones.
Mingitorios
Posteado elLos baños de la estación siguen clausurados después de dos años. Si estás muy urgido te quedan los del primer piso pero tenés que patear una escalera larga y empinada. Suele estar a oscuras. Cuando llegás la cosa no mejora tanto, tenés un pasillo de durlock que huele a lavandina pura. A la izquierda las mujeres, a la derecha los hombres. Hay un tipo de seguridad privada en la bifurcación, justo en la puerta de lo que vendría a ser un baño para discapacitados. Raro que esté ahí arriba porque nunca anda el ascensor así que si tenés alguna necesidad mejor que tu silla de ruedas levite porque sino te cagás encima.
Reproducciones
Posteado elSubo. Primer asiento. Lado ventanilla. El chofer escucha una canción que dice “morir por Jesús realiza mi vida”. No me dan las manos para ponerme los auriculares. En el asiento de al lado se sienta una piba con bigotes, una adolescente. Está complicada, necesita una prestobarba urgente.
Homo ludens (o el spinner de tu corazón) – Editorial 88
Posteado elJugamos desde siempre. Jugamos en todas partes del globo. En todas las épocas, incluso antes de que las hubiera, cuando éramos proyectos de seres humanos sobre árboles. Jugamos y, en principio, cualquier elemento a nuestro alcance es un juguete. Tal vez por eso las esferas del juego y lo sagrado se encuentran unidas en una oposición insalvable. Jugar es una actividad plenamente humana que se da en una temporalidad cuyas reglas son un acuerdo. El juego, como las formas sociales, es un pacto que nos trasciende, amplía la comunidad en su necesidad de un otro. Opera como mediador sociocultural entre la adultez y la infancia, entre una clase y otra, y a su vez es soporte de la biografía de los individuos y de la memoria comunitaria, que nos enclava en el tiempo y el espacio que nos ha tocado. De igual modo, permite la cohesión entre los miembros de una comunidad que crecen y juegan hasta reconocerse en sus individualidades y potencias.
“El juguete es el máximo exponente de lo que es la figura del niño como consumidor” – Diálogo con Dolores Deluchi
Posteado elSe habla de juguetes, se habla de jugadores, se habla de ideología asociada a objetos, o de un supuesto mercado voraz que toma cautivos a padres e hijos y los obliga a consumir. Sin embargo rara vez se habla de los hacedores de juguetes, aquellos que diseñan y fabrican eso con lo que todos jugamos alguna vez. De eso hablamos con Dolores Deluchi, Diseñadora industrial, docente en la facultad de Diseño y Urbanismo de la UBA y Directora del Observatorio de Diseño e innovación para la Industria del Juguete.
Roca reloaded
Posteado elFerrocarril Roca. Estación Bernal. Mano a Constitución. El conductor, como ve que llego corriendo como un descocido, se copa y me abre la puerta. Me apoyo contra el vidrio y agradezco mientras recupero el aire. El tipo sin darse vuelta levanta la mano y hace, como Carlitos Balá, un gestito de idea.
Caballo II
Posteado elTomo el 297 rumbo a Merlo. Cuando aun no acabamos de salir de Pontevedra pasamos frente a un centro de verificación técnica vehicular o VTV, como le decimos en provincia. En frente hay un campito. En el medio hay un caballo, solo. El bicho salta y corre. Juega, se tira en la tierra bajo la llovizna. Se siente libre. Pobrecito. Ha sido reducido a creer que esa hectárea perimetrada con alambre de púas es lo más parecido al albedrío. Es casi un ser humano.
Gendarmes
Posteado elEstación Merlo del ferrocarril Sarmiento. Llego. Lo pierdo justo. De un lado está la plaza, del otro algo que se parece a un estacionamiento. A la estación la custodian 4 o 5 gendarmes. Se los ve mucho más chicos que yo. Juegan con el celular. Se cagan de risa.
Caballo I
Posteado elA la vuelta de mi casa, frente a la casa de un vecino, hay un caballo muerto. Dos gatos trataban de hincarle los ojos.
En el colectivo, a unos pocos asientos de distancia hay un tipo viejo, con la cara derruida, que cada vez que tose llena el ambiente de olor a vino vomitado.
Voy sentado.
Eso es la vida. En la tele dicen que puede ser mejor.
Vieja
Posteado elFerrocarril Roca. Servicios interrumpidos porque un grupo de gente en la estación Don Bosco quiere comer, tener laburo o algo así. El vagón estalla. Incluso cuando los altoparlantes anuncian que sale otro servicio dos andenes más allá y parte de la gente migra, incluso así, a medio vaciar, el vagón estalla. Sube una vieja. Apoya en sus 30 cm personales una bolsa de pan, de las arpilleras de colores de otra época, las que se pusieron de moda en Palermo sensible y te la cobran una luca porque es de diseño. La vieja empuja a todos los que la rodeamos para poder agacharse y sacar algo de la bolsa. La veo venir.
Kirchnerismo
Posteado elCuando el kirchnerismo perdió por su propia causa en el 2015 me alegré. Para qué voy a mentir. Tapé el pozo del horror macrista que se me abría en el pecho con la malsana satisfacción de haber predicho el final de una era que se quedó en medias tintas discursivas.
Derecha
Posteado elEl problema no es que gane la derecha una elección, sino que su triunfo habilita actitudes que en principio se encuentran más cercanas a la brutalidad que a cualquier ideología. Es en ese paño donde se juega la cosa cotidiana. Eso parece decirle una chica trans a otra en la esquina de Garay y Salta. Usa otras palabras, es cierto. No le pone eses a lo que dice, es cierto.
Nenito
Posteado elSalta y Brasil. Hay un puesto de diario justo en la esquina. Frente al banco y al local de patys al paso. Justo en la puerta de un negocio que vende zapatillas que es de uno de esos boxeadores que quedaron medio turulos por los golpes. Ahí, hace como diez años vi por primera vez como apuñalaban a un tipo. Dos flacos con pinta de venir de una de las bailantas de la zona encararon a otro que hacía esquina y con un cuchillito de mesa lo cocieron sin mediar palabra. Gratis. Porque sí. Al menos eso parecía.
Bajos fondos
Posteado elMe tomé dos cervezas con uno de los colaboradores de Andén, el periódico con el que aspiro a la inmortalidad. El pibe vive en Japón y está de visita así que valía la pena el esfuerzo de caminar dos cuadras. Cuando salimos sufro una iluminación recurrente: La edad hace estragos. Estoy herido en mi sobriedad, es decir, estoy bastante en pedo. Dato: Tengo que preguntarle a uno que pasa para qué lado está Constitución. -Para allá- me dice. Y encaro. Es un acto de fe. Podría haberme indicado cualquier punto geográfico y no lo hubiese notado.
Asiento tramposo
Posteado elSubo. Hay un solo asiento libre. Los dioses me aman. Apoyo la espalda y lo advierto. Nada de lo que los dioses dan es grato. Junto a mí va un borracho. Exuda vino rancio. Tiene pinta de viejo bastante baqueta. Habla solo. Dice que es policía. Dice que se baña con jabón de judíos. Dice que mataba negros, putos y pobres. Dice que sabe que habla solo pero que no le importa porque Jesús es justo y sabe que dice la verdad. Lo mismo que el potro Rodrigo que se le aparece en sueños y le dicta el camino. En la campera tiene el escudito de Belgrano de Córdoba. No tiene acento de venir de aquellos lares. Dice que cada tanto fuma marihuana con su mujer y su nieta a la que siempre que va a cenar a su casa le enseña que tenga cuidado con los travestis. Dice “los”. Dice que vive desde los 15 en Kathan city y que es un cachivache de lugar como la cancha de Chicago y los monoblocks de La Tablada.
Perón
Posteado elSalgo del laburo. Con la cosa del metrobus se colgaron con unos cuantos foquitos. Paseo Colón está a oscuras. Si no te afanan te vas al carajo en algún desnivel. Pienso que me voy a encontrar con algún contingente de niños que aprovechó el miércoles de vacaciones de invierno para verse una peli a mitad de precio. La pifio. En vez de pibes me encuentro con la marcha de la CGT. Claro, es 26 de julio, el día en que Eva estiró la pata. Como un boludo amanecí celebrando el asalto al cuartel de Moncada pero ninguno de mis conocidos se acordó. La calle está repleta de bondis y militantes sindicales. Algunos aprovechan que está sucia la explanada de la facultad de ingeniería y vacían las tripas ahí mismo, sobre los huevos podridos y el vinagre que dejaron los amigos de alguno que se recibió. Reconozco el valor que hay que tener para cagar en público y al aire libre una noche como la de hoy.
Hacia allá
Posteado elTal vez Borges sea quien mejor comprendió la imagen del futuro como un sendero que se abre y al pasado como una linea recta. En esa escena me descubro al recordar que el 14 de abril de 1997 salía el primer número de la primera revista que hice, Hacia Allá. Veinte años y monedas separan aquel otoño de este invierno. A veces parece tiempo al garete, a veces no.